viernes, 12 de octubre de 2007

Capítulo 1 La copa del Sacrificio:



El sonido del despertador resonaba en mis oídos como un mazazo contra una campana, miré con desasosiego a mi alrededor comprobando; felizmente, que estaba en la comodidad de mi hogar. Me recosté sobre la cama y me quedé por un momento en blanco mirando al techo de mi habitación, pensando en el sueño que había tenido. Parecía tan real, pero era eso: sólo un sueño. Decidí que lo mejor era pasar unos minutos bajo el agua de la ducha para despejarme y olvidar ese perturbador sueño, mientras me dirigía al baño iba despojándome de mi ropa y dejándola tirada por el pasillo, cuando me quité la camiseta me fijé en mi brazo izquierdo con pavor, a la altura de la muñeca había un extraño tatuaje, eran como tres copas anidadas de color negro y cada una de una forma distinta. ¿Acaso el sueño no fue tal y realmente estuve en esa negra selva?

Corrí hasta el baño y abrí los dos grifos del lavabo, comencé a lavarme el brazo frenéticamente, pero el tatuaje persistía, con tanto frotar lo único que logré fue que me doliera todo el brazo y que se pusiera rojo. Reculé hasta que mi espalda tocó con la pared del baño y fui resbalando contra ella hasta que acabé sentado en el suelo con los ojos fijos en ese tatuaje, en esas tres copas negras. ¿Alguien me ha gastado una mala broma y mi subconsciente lo ha generado todo? O por el contrario, ese sueño ¿Ha sido real y tengo que cumplir las exigencias de un extraño ente que se comunica conmigo en sueños? Tras pensarlo durante unos segundos me echo a reír, esto es muy surrealista, seguramente; cuando salí de fiesta, bebería más de la cuenta y me hice el tatuaje sin saberlo.

Me levanté del frío suelo del baño, me desnudé del todo y entré en la ducha, allí bajo el agua las cosas se piensan de otra manera, la ducha ayuda a pensar con claridad, pero ahora no tengo tiempo para pensar, es tarde y tengo que ir a trabajar. Salgo rápido de la ducha y me visto casi a la misma velocidad, no me da tiempo de comer nada así que cojo lo primero que encuentro en la cocina y salgo rápido por la puerta. Bajo corriendo las escaleras de casa sin utilizar el ascensor y al llegar al rellano caigo en la cuenta de que no he cogido las llaves de mi coche, pero es tarde y no me da tiempo a volver a subir, así que decido ir en metro hasta la oficina.

Al doblar la calle veo las escaleras que me llevarán a la estación del metro y al lado de las mismas un hombre; de tez extremadamente blanca, ropaje negro que hace un gran contraste con su piel, repartir unos papeles entre la gente que accede a la boca del metro.
El personaje en cuestión alza la vista y su mirada se cruza con la mía, por un momento se queda helado, por un momento se hace el silencio en la bulliciosa ciudad, no hay nadie más en la concurrida avenida, sólo él y yo. Los segundos se hacen eternos y su mirada me perturba, es como si supiera quién soy, hay momentos que sus ojos demuestran odio hacia mi.

De pronto su mirada baja, para quedarse fija en mi muñeca, su expresión cambia de odio a sorpresa, en un movimiento brusco tira los papeles al suelo y abre su chaqueta e introduce apresuradamente la mano dentro de ella mientras comienza a andar hacia mí.

No quiero descubrir que es lo que va a hacer así que decido dar media vuelta y salir corriendo, no miro atrás, sólo pienso en que debo correr más rápido. De detrás de mí oigo los gritos del hombre llamándome sombra del averno, esbirro de la sombra y otras cosas en un lenguaje extraño, sigo pensando en lo mismo, no he de mirar atrás.

La pesadilla está cobrando vida.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Y ahora, desearias que todo hubiera sido un mal sueño, y al despertar todo fuera como antes.
El problema esq te a dejado la marca, y sabes q no fue solo un sueño.

Soy la misma anonima entodos los comentarios, y ademas me conoces. sabras quien soy.
Dime q te parece mi comentario, si es acertado o se me va la pinza.
muxos bss

Juan LM dijo...

Tomaaaa ya! Como la clava la amiga! :P

Esperaremos la 3ª entrega Abelito

granmangaka dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
granmangaka dijo...

A veces oigo un retumbar al otro lado del pasillo, pero solo son los ecos de mis pasos que me replican en mi oido.
Recuerda que no siempre que oyes pasos que te siguen hay alguien detras, o puede que si.
Y recuerda que solo los puros de corazón no replican por el pasado, puesto que la esperanza esta en el futuro.
Se me va la ostia.
XD
Que sigas escribiendo cabrocete, q aunq no quieras admitirlo te gusta llamar la atencion.
jeje